domingo, 8 de febrero de 2015

La trampa

Supongo que alguna vez has jugado al solitario. Estoy seguro que,si lo has hecho a la manera tradicional, es decir, con una baraja y no en el ordenador, alguna vez te has visto tentado de hacer alguna trampa. Alguna vez seguro que has caído en la tentación, "si no me ve nadie" habrás pensado... Como ves conozco bien el caso, y no precisamente de oídas...
La llegada del ordenador nos complicó el asunto, porque ahí la única trampa que se podía hacer era deshacer movimientos... Os suena, ¿no?
Pero cuando conseguíamos que nos saliera el solitario sin hacer trampas nuestra satisfacción era mucho más grande que cuando hacíamos alguna trampucia.
Desde que empecé a trabajar he escuchado una máxima contra la que siempre me he revelado interiormente. Seguro que tú también la has oído es esta: "En España el que se hace rico es porque ha hecho algún chanchullo". La persona que dice esto, tras soltar su "perlita", suele remojarse el gaznate con un trago de la cerveza que lleva en la mano y te mira con cara de circunstacias.
Siempre tenemos la sospecha sobre el que le van bien los negocios, como una especie de envidia insana que hace que no admiremos al que le va bien e intentemos copiar su modelo de éxito.
Y, lo que más me asusta es que en muchas ocasiones este "iluminado" tiene razón. Prueba de ello son todos los casos de corrupción que se están investigando en nuestro país.
Pero no quiero entrar a analizar estos casos de corrupcion de los que tenemos más información de la que podemos manejar, rozando, en mi opinión, la violación del secreto del sumario.
Me preocupa más cómo combatir estos casos,  por desgracia, cada vez más frecuentes. No pretendo dar una solución mágica que acabe con este problema. Un amigo mío me decía que le gustaban mis articulos pero que no daba ninguna solución. No lo pretendo, sólo quiero reflexionar en voz alta y que cada uno, si quiere, reflexione también.
Pues una de las vías es la que se ha emprendido, la vía judicial, que siempre tiene un alto contenido ejemplarizante: "Cuando las barbas del vecino veas mojar..."
Otra de las vías, aunque implica un cambio radical en la forma de pensar y de educar es poner el dinero en el lugar que le corresponde. Es decir, el dinero es un medio de pago comúnmente aceptado. Pero sólo es eso: un medio, no el fin en sí mismo. Si el que tiene acceso a la caja decide hacer lo mismo que hace en el solitario es porque para él el dinero es más importante que su propia honestidad.
¿Qué vas a hacer tú hoy?

martes, 3 de febrero de 2015

¿Quién paga mi deuda?

Ahora que casi todos somos expertos en los comicios griegos, en temas que antes no nos preocupaban y que sólo los economistas teníamos que dominar para superar los exámenes en la universidad, como la prima de riesgo el diferencial del bono a 10 años, el Ibex... En fin un cúmulo de asuntos que parecían no afectar a nuestra vida ordinaria...
Ahora que todos nos hemos forjado una opinión acerca de tantos asuntos nacionales e internacionales y que, a fin de cuentas, se resumen en una sola palabra: dinero!
Ahora que cualquier cuestión de índole política o social se justifica casi exclusivamente por el bolsillo, generalmente el de uno mismo...
Ahora que la economía ha sumergido casi todos los debates ideológicos, ahora que somos doctores de la economía del sentido común...
Ahora, es el momento de preguntarnos ¿quién paga nuestras deudas? Mejor dicho ¿quién paga MIS deudas?
Sé que según has leído esta frase te has sonreído y has pensado "qué pregunta tan absurda! Mis deuda las pago yo!" Bueno, eso por lo menos a priori. Si consigo que me hagan una quita sobre mi deuda es un éxito para mi. También lo es una condonación de la deuda.
Pero supongamos por un momento que un amigo mío me prestó 100 euros porque tenía un apuro económico que no podía solucionar hasta que cobrara la deuda. Cuando cobrara la deuda, yo, que siempre procuro saldar las deudas, iría con los 100 euros a mi amigo. Ese amigo mío me contesta "Pablo, no sé por qué me estás devolviendo este dinero. Tú no tienes ninguna deuda conmigo!" Esto en economía se llama condonación de deuda, suena mal, lo sé, pero es una cosa buena. ¿Cómo me sentiría yo? Pues tengo dos posibilidades, o sentirme orgulloso de lo bien que he negociado mi deuda o llenarme de agradecimiento por la bondad y generosidad de mi amigo. Nadie que esté en su sano juicio se sentiría orgulloso ante este hecho, sino más bien agradecido.
Pues bien, esto, con más ceros a la derecha del uno, está sucediendo en este momento en Europa. Se habla de renegociar la deuda y de quitas. Se habla de Grecia y de halcones y palomas que sobrevuelan, con intereses encontrados, el panorama europeo.
Pase lo que pase con la deuda griega, cuando tenga que negociar su deuda, que lo hará en breve, todos tenemos que tener claro este ejemplo de mi amigo en la cabeza, porque si pensamos que es Grecia quien ha negociado bien y no los tenedores de la deuda que han tenido misericordia y han buscado el bien para Grecia, entonces podemos hacer un flaco favor al panorama que puede surgir tras los pasos de Grecia.